FE DE ERRATAS


Corregiré todos los errores de tipeo.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Sueño.


Como no me sucedía hace ya, varias semanas, se inició la temporada de sueños (para bien o para mal), sólo se inició. "Llegabas, (sin explicación, como son están tonteras oníricas) y te posabas sobre mi, al lado de éste computador, en el que escribo. Sólo mirabas, apoyada en mis espaldas. Yo ponía de esa música emergente (indie) (como para derretir el hielo, decía yo), pero nada cambió, seguías sin decir nada (como ha ocurrida veces antes) (en mis sueños, claro está), como una escultura, dura y fría como el mármol. Sin previo avisa, tomaste vida, y la conversación se inició. Moría de felicidad, de estar ahí, en el borde entre realidad y ficción, en el lugar prefecto de mis sueños. Recorrí tus caderas y cintura, con mis brazos (ahora más largos) y en ese toqueteo, levanté unos centímetros, tu polerita azul, momento en que aproveché para deslizar mis labios en la zona descubierta. Más que esperar sexo o cuanta cosa se te ocurra, esperaba tu amor (no hacer el amor), esperaba un abrazo, un beso en la mejilla, el beso de la comprensión, que respiraras sobre mi frente. Pero, lo que esperaba nunca llegó (ni mis sueños me complacen), sólo recibí un gesto o morisqueta de desaprobación, como diciendo; Por qué confundes las cosas? O ¿Qué te pasa? Todo terminó en ese instante y ahora pienso que el sueño podría haber seguido, en una de esas siguió, pero más no recuerdo, quizá mi subconsciente quería ahorrarme el sufrimiento del “después”, de las bodas de sangre que venían preparándose, o de mi asesinato. Con aquel puñal, que siempre traes, para perforar mis pulmones y músculo cardiaco. (Fumar y el ahogamiento emocional)

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