seré franco, a lo menos contigo.

Creo que particularmente no hay nada firme y si me pidieran una imagen metafórica, diría:

Eso (lo que nos une), es tan frágil como un castillo de cartas, en la movediza arena del mar.

Pero como nadie me lo pide, mejor no lo digo.

Volviendo al tema de la franqueza, diría qué es lo que me sucede realmente, que en la verdad terrenal no lo sé. No comprendo como hacen los humanos para vivir con emociones y sobre todo cómo pueden contener aquella bomba atómica dentro de sus pechos.

En lo personal, odio que con las canciones de mis grupos favoritos, se me ericen los pelos, odio también que me den deseos de fumar cada vez que muestras tu indiferencia conmigo, me fragmento cada segundo que leo las cosas que escribes y me evaporo en cada suspiro tuyo.
Es enfermizo esto de las emociones, dedicado las investigué, miedo, ira, tristeza, alegría, no era. Más allá de cualquier definición sicológica, me di cuenta que era amor.
Grábate esta imagen:

“Con pocas energías y casi dormida, giras a merced de la ingravidez, en el infinito y el incienso prendido, palabras de amor y un eterno jazz (de esos negro con voz ronca) sonando, mientras escribo en tu espalda, los secretos míos.”