Travel, réquiem.
Era Santiago centro, caluroso y sin viento, la plaza Brasil está vacía y los edificios caen en mi espalda. Se da la orden general y las lágrimas nacen como una vertiente maulina. Barrio Brasil y las emociones impulsivas de la tierra anegada y abatida. Más allá de un juicio en base a premisas que tiene lógica, es un juicio ideológico barato…sobre el amor.
Un mal argumento, es un insulto y la poca capacidad de diálogo es una falta al patrón de conducta dialéctico.
No me lleno la boca con igualdad, ni con frases colectivistas clichés, pero es que el asfalto está tan caliente, que derrite la goma de mis zapatillas. Me hundo en el pavimento, para entrar a ese submundo de alcantarillas, sucio, depravado, triste y cuanto adjetivo calificativo quieran agregarle, pero es un mundo real y sincero, donde sí existe libertad, sin discursos preelaborados sobre una equidad ilusoria y sin palabras mal pronunciadas.
Así es...
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