Prefiero mi cama solitaria, antes que repleta. Es como pinchar en un menú táctil, la opción de ser miserable. Es de cierto modo un sacrificio de felicidad por la otra persona.
Desecha mi alma de diamante, busca un lugar entre sábanas, que no sea frío.
Es que ya ni con "here comes the sun", la sonrisa se forma, en éste rostro abatido, entre incógnitas del tiempo, amores en intentos de amar y vinos syrah.
Oh Darling, please believe me.
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