¿No es acaso lo que todos en sus cinco sentidos desean de forma casi compulsiva? (algunos juran de güata, como los gitanos, homosexuales y Dios que tienen un sentido)
En lo personal, deseo entre muchas otras cosas, una oficina en medio de una biblioteca y una casa con parlantes en cada rincón. Si a final de cuentas, por pobre que sea (o seamos) conocemos lo High (jai) (los de arri'a son terrible jai) y peor aún deseamos cosas jai o de algún modo aspiramos, ya sea materiales o dinero para pagar causas tan nobles como la universidad, que dará a luz a un pobre con buena ortografía. Como sea, prefiero usar esa frase para todo: La High Definition, para ver televisión, una película o escribir con finas plumas parker.
Porqué tenemos que diferenciar el lujo del buen gusto. Julio Isamit, el waton pingüino que otrora quería cambiar la educación chilena, ahora es una especie de líder poco carismático y obeso mórbido (es un dato digno de mencionar; ¿Qué sucede, si nuestro futuro líder, se come toda la comida en tiempos de hambruna?), de un grupo de niños UDI y RN que quieren aprender, como dijo textualmente nuestro sobrealimentado referente juvenil: "En grupos pequeños" (o sea excluyente). En resumen, nuestro niño mimado y bien vestido gordo querendón, a sus 19 años tiene una oficina en plaza Italia (envidiable (lo admito y qué)) y viste poleras con "cuellito" y pantalones planchados por una peruana que sueña con ver desnudo, a ya nuestro destartalado referente de la comida rápida. Ahora avocándome a su oficina (no se olviden que la envidio (motivo de éste texto)) que por cierto es pequeña y mal diseñada, debe tener una colección ordinaria en la biblioteca que luce todos los tomos de la biblia en audiolibros y los demás deben ser manuales de masturbación religiosa (“Aprenda a como masturbar a un cura, bajo la sotana”). Esta oficina debe ser financiada por algún partido político o perfectamente por el IES, para quienes desconozcan de esta institución, es el Instituto de estudios de la sociedad, “algo” que funciona como un futuro centro opus dei, financiadora de campañas de centros de alumnos y además de extirpadores del deseo sexual por mujeres del prójimo.
Julio Isamit dijo que el estaba en contra del aborto, porque creía que la mejor forma (y más efectiva, sin duda) era la abstinencia. ¿Por qué habrá dicho esto, éste virginal gordo? Lo más probable es que desconozca el deseo carnal (y tenga testículos atrofiados, por no presentar barba y femeninos senos copa c) y que la única mujer por la que sienta devoción sea su madre, abuela, la virgen y las peludas nanas peruanas o simplemente sea gay.
¿Es acaso el éxito que busco? Una vida jugando al niño ejecutivo y malgastando mi pene untándolo en mayonesa saturándolo de grasa, una oficina de colores afeminados, bibliotecas autocensuradas y poleras “con cuellito” manchadas en el almuerzo por no saber comer y apoyar los senos en una mesa de alerce.
La envidia es un sentimiento, totalmente humano y no tengo razón por ocultarla. Me gustaría tener mi oficina ajena de todo y tener la independencia de poder pensar y trabajar en soledad. Quizá eso le falte a Julito, una tarde pensando en el retrógrado discurso político que ha elaborado, como jugando al señor fascista.
Y he aquí la madre del cordero o la gran disyuntiva; ¿Suntuosidad versus gustos refinados? Definitivamente acá hay una suntuosidad innecesaria (aunque justifica la ubicación de la oficina, porque le queda cerca de la “u” y debe serlo, debe costarle caminar así), suntuosidad que roza lo fetichista, sadomasoquista y de las perversiones más grandes que pudiesen pisar aquella oficina.
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ResponderEliminarAgudo y chistoso... ¡Viva el instinto sexual y el buen gusto! xD
ResponderEliminarUn detalle, eso sí, del final del texto. Los fascistas son el Antípoda por excelencia tanto de los marxistas como de los liberales. Y un puerco demoliberal, partidista y opus dei, jamás sería fascista. Serían enemigos a muerte.