Pianos Agónicos.
Pianos aquellos,
lento corren por la partitura,
trazada con fuego en mi estómago.
Pianos aquellos,
melódicos como decir Piazza Cavour,
al oído, mientras viajamos en metro.
Nunca me dijiste,
que esto funcionaba así,
que las lunas serían soles y los soles mis lágrimas.
Nunca mencionaste,
que te irías, como quien deja un juguete olvidado,
hasta el próximo verano.
Nunca explicaste,
que ese regalo tuyo de amor,
se lo darías a otro.
Nunca me dijiste que rebanarías mis dedos,
y me harías tocar la guitarra.
Nunca me dijiste,
que eso del amor eterno,
no existía.
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