Averigüé si la eutanasia para animales, serviría para matar lentamente a un ser humano, lo que era correcto y entonces organicé mi propio crimen.
La idea era llamar a una veterinaria con la misión de sacrificar a dos perros de raza grande, una vez conmigo, la inmovilizaré y le amarraré las manos.
"No pensé que sería tan difícil luchar con una mujer. Revisaré su bolso para saber si realmente trajo consigo la eutanasia. Es mas cobarde morir de esta forma, evitando todo dolor alguno...por fin las encontré, tengo que fumar, que hago con la veterinaria, la violo, la mato, le hago que vea como muero con la eutanasia que ella misma me facilitó, filo con la wea, ya tomé como 6 pastillas para dormir, cuando me empiece a quedar dormido me inyecto las dos dosis.
Es la hora... siento como circula por la sangre, como me derrito, como se me nublan los ojos, la boca se me seca, la veterinaria grita y llora, me alcanzo a reír antes de que llegue el paro respiratorio y cardiaco... he alcanzado la paz, mi cuerpo cae al piso sin las muletas, a la libertad de la gravedad, me despido y pido a perdón a la vida, pero qué importa?, sólo un par de minutos y no sabré de egos, de psu, de amor no correspondidos, de sentir que no pertenezco a nada, de ser un falso valiente y temerario de mierda.
Como no entienden que cansado estoy, son sólo hojas desparramadas en este salón, volaron mientras caía en el centro, atormentando por las ideas, la borrachera y los tumores en la cabeza...
Ya no existo, no existe la pierna prodiga ni tu incesante susurro de amor al otro..."
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