Sombras en un fondo negro.
Le doy forma a tu figura,
a estas alturas,
con mis dedos morados,
de tanto intentar moldear tu abstracto sentimiento.
Tu sombra no existe
porque es como mi poesía,
inerte, ínfima, inútil, in imaginaria, infinita.
Tu sombra si existe,
en mi espalda tatuada,
y yo sin espejo,
para poder contemplarla.
Tu sombra es como una alcachofa cocida,
dan ganas de despedazarte para llegar a tu tierno corazón,
blanco y apetecido,
libre de espinas,
joven y lozano.
Negro corazón,
en fondo negro.
Minúscula matiz,
de color gris,
intenta descifrar tu sombra caminante,
pero por más que quería ver tu sombra,
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