Para leer con los ojos cerrados.
La pena me envuelve como una manta al abuelo que duerme en esta esquina, como una guitarra sin cuerdas a la pareja Jara - Parra, como el campo en sequía, como a los jóvenes los envuelve un tornado de humo verde, que los neutraliza para toda la vida-Como me envuelve esta pena, hasta lanzarme sobre sábanas blancas y desear el fin de todo. Preso de esta pena, pienso que soy retrasado y que debería haber nacido 50 años atrás.
Surge la luz de los ojos, en el brillar de la guitarra en sus cuerdas relucientes de mierda y sangre. Dedos gruesos son los que tocan, partidos por el frío y la tierra. Una tonada singular con olor a barro y a pan amasado dentro del cemento santiaguino.
No mueras, por que si lo haces, no habrá radio, mp3, dvd o tocadiscos digno de hacerte sonar.
Como una buena y bien bailada cueca vivimos, afirmandonos de la tierra al morir, hasta desgarrarla, como la cuchara de palo a la negra olla en el fogata-
La lluvia y el sol me entierran, en esta caravana de dolor.
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