No hay chance.

No puedo asegurar que no sucederá lo mismo, pero pensando fríamente me opongo firmemente a mis sentimientos y drogas ( emociones). ¿Que significará ser un ser conceptual? y esa estúpida idea de querer probarlo todo, cuanto lo añoro y deseo consumir drogas, lanzarme en paracaídas, lanzarme al agua en medio del mar atlántico, como deseo haber nacido en el mediterráneo y encandilarme en la costa griega. Me desvié un poco, pero la idea es que no vuelva a suceder eso de hiperventilarse, como poseído por algún móvil.

Como amar a los gatos, nobles y poco fieles libertinos de la noche. En verano la deben pasar bien, dormir en el tejado debe ser fantástico.

A veces pienso que realmente somos pareja y siempre imagino un viaje al norte de chile (nuestro país) y que mueres trágicamente en un accidente. A veces sería mejor no tenerte nunca a mi lado, porqué el sentimiento de perdida sería francamente atroz y peor aún en un accidente. Sería mucho menos traumante que te vayas con un simón, wladimir, ignacio, rodrigo, ariel, gabriel, felipe, fabián, matías, jorge a que te mueras.

Me quedó dando vueltas la idea del mediterráneo, que genial sería estar ahí, tomando vino (chileno y griego), leyendo o conversando y por qué no teniendo una tarde lujuriosa al aire libre.

He leído tus señales, ese texto que se lee en tres dimensiones sobre la hoja, que me grita: No hay chance!, pensé que todo marchaba bien, pero fue ilusorio pensar que en ésta oportunidad, no vendría a continuación la etapa más odiada; la desilusión.

Recuerdo que cuando tenía 4 años, siempre soñaba que de una hoja blanca, crecía un árbol. De éste sueño se desprendieron largas tardes en que tomaba una hoja de oficio, colafría y alguna ramita que sacaba de cuajo del jardín. Ponía la ramita en la hoja, siempre proyectando al cielo y luego chorreaba todo con pegamento para que todo quedará inmóvil y así el árbol creciera. Obviamente nunca nada sucedió, el árbol nunca creció...

Pueden decir que soy joven aún, pero ya de tanto esperar que ni algún arbusto germine en mi hoja, me hace pensar en jamás tratar de plantar alguno. Prefiero que alguno de los otros, me robe las semillas, las lleve a la tierra y las plante para él. La hoja es un sueño, uno de los tantos que aún recuerdo con mucha precisión y soñar con que juntos creceremos es ilusorio. Soy un ser al que las imperfecciones se le notan más que a otros románticos (cebolleros), que anda con la cumbia a flor de labio.

Citaré: "loco" fragmento.

"...No tengo bella mirada,
ni pelo largo que lucir,
ni abdomen formado que mostrar.
Tengo barba incipiente
y cabello desordenado.
Soy itinerante como una nota musical,
soy libre como tus labios,
como tus pies, que te trajeron aquí,
como la voz de una negra,
gruesa y áspera,
como mi pena."

Nada más que aquello, en que seguiré proyectando sueños contigo, aunque me oponga a mis sentimientos.