Alfajores lujuriosos.

Caminamos sin hablar,

ya ni sabemos el motivo sin razón,

de nuestra reunión.

Domingo frío y estancado.

Visitas en las casas, baño, afeitarme y

nada más que esperar el viernes próximo de la reunión casi culinaria.

Que comemos hoy.?¿

Un domingo fuera de la rutina,

y gasto trescientos millones en alfajores bañados de tu nombre.

Suena una solitaria armónica,

en la pasarela y carretera y nos sentamos a sólo centímetros,

de los autos a ciento veinte, doce mil, un millón doscientos mil kilómetros.

Se desprende el primer envoltorio en donación,

a nuestra pasión,

a la contaminación.

Sin micros, ni cientos diecisiete, menos cientos dieciocho, menos aún la Talagante.

El ruido del viento y sus caricias,

quizás un cigarro.

Papeles volando

y autos pasando.

Que esperas.???

Nada respondo.

y tus labios rozan a los míos con el mayor de los frenesí,

y digo un precipitado Te Amo con hemorragia virginal.

Corriendo te vas,

dejando tu figura plasmada para la posteridad perentoria

Pero lo que tú no sabes,

es que yo aniquilé mis sueños en tus seis cuerdas y tus acordes y melodías,

de las cuales fluye un gran torrente de ardor,

que jamás alguien como yo, osará entregar.(te)

Pero lo que tú no sabes,

es que sigo volviendo a ese lugar,

a calcar en éstas hojas tu figura.

Tu silueta ortográfica,

Diseñada con una reventada lapicera roja.